El silencio de los oscuros abandonos entre la niebla amenazan con destruir poco a poco pensamientos. Despierto entre tanta hierba viva, aun con tus susurros en mis oídos, sufriendo por esa llama de amor en mi interior. El sueño de tantos años dormitando a tu lado, con tus lágrimas caídas. Los reflejos en tus cabellos pelirrojos despiertan el recuerdo de las noches a tu lado. Las pequeñas gotas de agua han quedado petrificadas en los lagos mientras huías del miedo. El gris de las nubes en el cielo escuchan mi respiración poco a poco caer en el olvido. Esa última canción a medias entre tu y yo mientras las estrellas observan...
Las letras marcadas a tinta en mi piel, los cientos de párrafos que acompañan mis días. Miles de infinitas palabras con significado tras aquel recuerdo de un libro infinito. Aquel escondido entre las sombras de los bosques, el más sentido de todos. Ese momento de placer al leer miles de ideas perfectamente unidas y entrelazadas. Más que palabras, más que un libro...
Porque tuve que perder y perdí, tras miles de caídas, caminando entre sueños perdidos y ocultos. Seguí aquí, regalando mis leyendas en párrafos, como si fuera un libro sin final. Arrodillada ante las miles de flores que rodean el lugar más recóndito de los bosques, con mi pluma entre mis dedos, escribiendo a la luna.